Comunicado de Republicanos
La jornada del 25 de septiembre ha sido un perfecto resumen de la situación en España: El heredero de Franco: Juan de Borbón y Borbón saludaba en Barcelona, junto al “paladín soberanista” de la oligarquía catalana, Artur Mas, al cardenalysecretario de Estado Vaticano, Tarcisio Bertone. En Madrid, a partir de las cuatro de la tarde, con un imponente despliegue policial que mantenía literalmente rodeado el edificio de las Cortes desde primeras horas de la mañana, se celebraba un Pleno del Congreso de los Diputados.
En la calle, decenas de miles de manifestantes escupían su rabia e indignación contra un Gobierno dócil con los poderosos y brutal con los ciudadanos. Todos hemos podido comprobar que quien realmente tiene tomado el Congreso es la oligarquía.
La ciudadanía se expresaba pacíficamente, con la candidez de un pueblo confiado en que se le escuche y se ha encontrado, una vez más, con un régimen que entiende la democracia únicamente como un juego formal y sin sentido y responde a quien no se somete con desprecio. El resultado: durísimas cargas policías, decenas de detenidos y heridos, centenares de ciudadanos “identificados”, etc.
Algunos diputados de la izquierda institucional se asomaron a la Plaza de Neptuno para solidarizarse con los manifestantes. Fue un gesto oportunista innecesario, porque ninguno denunció en el hemiciclo como debía la represión que se desencadenaba a pocos metros. Ninguno abandonó un Pleno en el que los diputados, en lugar de defender los intereses generales de la ciudadanía representaban una nueva farsa consensuada a espaldas de la gente.
Dentro, palabras, consenso, formalismo; fuera, represión. En la Carrera de San Jerónimo, los diputados se erigían representantes de la soberanía nacional, pero en Neptuno, los manifestantes denunciaban con toda la razón la ilegitimidad del Gobierno y sus lacayos, basada en el engaño y la mentira; su sumisión al becerro de oro. Más