La educación viene siendo vapuleada desde los inicios de la crisis. Lo fue por el Gobierno del PSOE y ahora lo está siendo por el del PP, que ha profundizado esos ataques, sin olvidar los distintos gobiernos regionales.
La permanente agresión contra la escuela pública por parte del Gobierno central y, también, por los distintos gobiernos regionales, con independencia del color político, responde a una estrategia de las castas reaccionarias que, aprovechando la crisis, pretenden llevar a cabo sus ansiados planes privatizadores e introducir postulados próximos al nacional-catolicismo.
La excusa para los recortes, para reformar la Constitución (constitucionalización de los recortes por parte del PSOE-PP), para sacralizar el déficit público es que no hay dinero. Pero, ¡no es cierto! El dinero que se quita a Educación y Sanidad se le da a Bankia, para sanearla y privatizarla después, y al conjunto de la banca española, principal causante de la crisis y que utiliza para seguir especulando. Se permite tener fuera de España cientos de soldados (Afganistán supone un gasto de 365 millones/año); se dan 6.000 millones de € al año a la Iglesia Católica; no sólo no se combate sino que se amnistía al fraude fiscal; y no se emprende una reforma fiscal progresiva que permitiría sanear las cuentas públicas.
Y mientras esto pasa, decenas de miles de profesores irán a la calle el próximo curso, se hacinarán las aulas, se eliminarán desdobles y programas educativos, se dejarán sin cubrir bajas, los centros tendrán dificultades para su normal funcionamiento, como las tienen ya, los programas de conciliación dejan de ser accesibles a las familias por su coste, se aumentarán las tasas universitarias y se reducirán becas de forma que al final estudiarán los hijos de los ricos. La educación perderá irremediablemente calidad y la red pública será subsidiaria de la concertada.
Se la quieren cargar, como se quieren cargar la sanidad y resto de servicios públicos.
Lejos de favorecer el empleo y salir de la crisis estos recortes crearán más paro, recesión, pobreza y miseria. La crisis es el escenario que los distintos gobiernos están utilizando para salvar a las grandes fortunas y favorecer un aumento de las ganancias de los mismos que la provocaron: el gran capital, y esto a costa de una mayor explotación de las clases trabajadoras; de bienes y derechos tan preciados como nuestra educación y sanidad públicas.
Sin embargo, las agresiones contra la educación pública han tenido respuesta en la marea verde: profesores, alumnos y padres, todos juntos movilizándose, con el apoyo de la sociedad, que se ha sentido como parte afectada y agredida, lo que ha demostrado la fuerza y el valor de la unidad y la movilización.
Los profesores de la enseñanza pública agrupados en torno a Republicanos luchamos por una enseñanza pública, laica, gratuita y científica. Pero entendemos que es imposible este modelo educativo si no rompemos con el actual marco institucional, con la monarquía parlamentaria, cuyos resortes y mecanismos se están utilizando para deteriorar la escuela y educación públicas, para privatizarlas y, en general, para servir a los intereses de un puñado de familias, de una ínfima minoría, de la oligarquía.
Hacemos un llamamiento a luchar unidos, profesores, personal laboral, alumnos y padres, y sus organizaciones sociales y sindicales, contra los ataques que está sufriendo la educación pública; a extender la lucha a otros sectores populares; a unificar todas las luchas en un torrente popular que barra todos los obstáculos para tener un marco político realmente democrático, la III República, que responda a los intereses de la mayoría social, donde estén garantizados los servicios públicos y la satisfacción de las necesidad de las personas sea lo primero. ¡Aumento del gasto educativo hasta el 6 % PIB! ¡Supresión de la enseñanza concertada! ¡Abajo el Plan Bolonia!
¡Por una escuela pública y de calidad, de todos y para todos!
¡Por la unidad de los sectores populares contra la oligarquía y su régimen
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